Bien dicen, "Quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes". Nunca sabemos que es lo que nos espera a la vuelta de la esquina, así como tampoco sabemos en que momento toda nuestra vida puede cambiar.
Hay tantas nuevas experiencias esperándonos, y tantas cosas que no dependen de nosotros nada más, que hay infinidad de sorpresas que viviremos con cada nueva experiencia.
No digo que no tengamos planes de vida, tampoco creo que debamos vivir surfeando la ola como venga, pero creo que siempre podemos acomodarnos a las circunstancias, y es importante establecer nuestras prioridades. Hay cosas que consideramos importantes y la realidad es que no lo son, pero hay otras que realmente son básicas e indispensables para sobrevivir.
Cuando tus prioridades están bien establecidas, es más fácil trazar un plan y si realmente estas consciente de ellas la probabilidad de que las pierdas de vista es menor, sin importar que sea lo que la vida tenga preparado para tí, es menos doloroso, son menos tropiezos y al final son las bases para cualquier proyecto de vida.
Mientras trabajes constantemente tus prioridades, lo demás vendrá con mas facilidad, llegará a donde tiene que llegar con un mejor resultado.
Si tus prioridades no están claras, puedes perderte o confundirte en el camino, lo que significa que probablemente nos tropezaremos más y nos costara más trabajo llegar a la meta. Digamos que es el camino difícil.
Para sobrevivir emocionalmente es importante saber lo básico e indispensable, ese será el fundamento de toda tu vida; es la manera de limitar el caos que se puede desencadenar con todas estas nuevas sorpresas. Tienes que vivirlas, pero lo ideal es vivirlas con la meta
muy clara de a donde quieres llegar.
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