Como no queriendo te dejé...
Te deje en el momento más importante, era una decisión que debía tomar, de la cual aún no estoy segura. Me hubiera gustado que me siguieras y que tus ojos me dijeran que no deseabas que me fuera.
Pero eso no ocurrió.
Había tres opciones:
1. Me pedirías que me quedara a tu lado, sin importar nada.
2. Entenderías mis razones, pero aún así te dolería y lucharías tal vez un poco por retrasar la despedida.
3. No te importaría
Optaste por la tercera opción. Me quede congelada cuando de la nada lo aceptaste, no me argumentaste nada, no trataste de persuadirme. Era como si tu también estuvieras esperando el momento en que esta aventura llegara a su fin.